El idioma oficial es el francés, que según unos lingüistas del siglo XIX provendría del franciano, variante lingüística hablada en la Isla de Francia que a principios de la Edad Media y, a lo largo de los siglos, se ha impuesto al resto de lenguas y variantes lingüísticas que se hablan en cualquier parte del territorio; la otra tesis es que es un estandar configurado a partir de las distintas lenguas. A menudo, esta imposición del francés ha sido fruto de decisiones políticas tomadas a lo largo de la historia, con el objetivo de crear un Estado uniformizado lingüísticamente. De hecho, el artículo 2 de la Constitución francesa de 1958 dice textualmente que «La langue de la République est le français».
Este artículo ha servido para no permitir el uso oficial en los ámbitos de uso cultos de las lenguas que se hablan en Francia, hasta que en 1999 el informe Cerquiglini estableciera 75 lenguas regionales y minoritarias habladas en Francia metropolitana y de Ultramar. Desde 2006, 13 de ellas se enseñan como segunda lengua extranjera optativa en la escuela pública. La inmigración proveniente de fuera del país, así como de regiones exclusivamente francófonas, hace que el porcentaje de hablantes de estas lenguas sea cada vez más bajo.
Es uno de los estados que no han firmado la Carta europea de las lenguas minoritarias. A pesar de todo, hoy en día, algunas instituciones privadas han procurado fomentar el uso de estas lenguas creando medios de comunicación, asociaciones culturales, escuelas primarias y secundarias para enseñar estas lenguas y emprender acciones reivindicativas a favor de una política lingüística alternativa.
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